Totalmente recomendable, elegimos una noche con pensión completa y ha sido una fantástica experiencia. Nos alojamos en la habitación "la cabaña", muy acogedora y limpia y dispone de una pequeña terraza con una mesa y sillas, con todos los servicios que se pueden pedir, buen colchón y un buen aseo. Pero lo mejor del lugar es el servicio ofrecido por cada una de las personas que forman el equipo, el trato cercano y familiar y la predisposición por complacer en cada momento hacen que la experiencia crezca en todos los sentidos. La comida ha sido espectacular, sufro de varias alergias y han sido súper atentos en ello. El cocinero ofrece tres entrantes a su elección y luego un segundo como plato principal a elegir entre tres opciones, postre y bebida. Aunque esto pueda parecer algo limitado he de decir que vale mucho la pena, cada uno de los entrantes tanto de la comida como de la cena buenisimos, bien combinados y presentados, mucha mano en cada uno y los principales perfectos, carrillada en la comida y dorada en la cena. Desayuno completo y abundante, leche, café, cacao, zumo natural, mermeladas, miel, mantequilla, embutidos y queso, aceite... En resumen un lugar para desconectar (una terraza espectacular para tomar un mojito bajo las estellas con música agradable) muy buena comida y unas instalaciones casi perfectas y que llegan a serlo gracias al personal que hace de el lugar un placer para los sentidos volveremos.